Algunos romanos, popularmente, pero afectuosamente, llaman a su ciudad: “Roma puttana”. Porque Roma, desde tiempos inmemoriales ha aceptado a todos, sin discriminación. Desde Grecia trajeron la cultura clásica, la arquitectura, los dioses, las esculturas, el idioma. Abrazaron también la Egipcia, que uno aún encuentra por sus calles, en columnas, obeliscos, fuentes, esculturas.
Sufrieron las invasiones barbáricas, y los estoicos se quedaron, mientras miles abandonaron la ciudad para partir a las montañas. Fueron los años oscuros del medioevo, largo, interminable. Después llegaron los Papas triunfantes, en el siglo XV y los romanos los aceptaron con resignación y sabiduría, a pesar de que un 70% de ellos, nunca aprendió a leer ni escribir, mientras cardenales y prelados invertían dinero en hacer de Roma un salón del lujo y la mundanidad.
Aquellos fueron los siglos en que comenzaron a ser creadas las plazas y las fuentes. En el 1943 aparecieron los alemanes, ocuparon la ciudad y los romanos, en silencio se organizaron, para resistir a tanques y deportaciones. No perdieron la sonrisa los romanos y las plazas continuaron a ser lugar de encuentro y diálogo.
Las plazas de Roma, no sólo son el escenario de la vida romana, mas sintetizan la cultura milenaria. Cada plaza de Roma nos habla de patrimonio, de siglos de historia: el agua que llega a sus fuentes viene a través de acueductos construidos durante la Antigua Roma, hace más de 2.000 años atrás. Las bateas fueron construidas por algún Emperador, los obeliscos los trajo de Egipto Augusto o Calígula o Domiziano. Pero ahí están, delante de una Iglesia, adornados con escalinatas y en medio del agua fresca y gratuita.
Las plazas en Roma son de todos!!! Las plazas son del pobre, del rico, del chino, del alemán, del uruguayo, del argentino y del filipino. Todos sentados en los escaños de la iglesia o de la fuente que se encuentra al centro , como también de la baranda que la rodea. Digamos que las plazas de Roma, son la radiografía de lo que es Roma, una ciudad donde el patrimonio es de todos, para el uso de todos y abierta a la humanidad, como fueron los Foros de antaño.”
“ La plaza de España, con su escalinata, es el mejor espejo. Quienes ocupan sus peldaños no sólo se sienten espectadores del universo, más actores de su escalón, donde nadie los disturba o controla. La plaza del Panteón nos regala peldaños para observar el único Templo viviente de la Roma milenaria.
La plaza Navona nos abraza y refresca con sus fuentes que hablan de continentes lejanos y mitos antiguos. La Fuente de Trevi es un oasis de frescura en medio de una ciudad dura y estrecha. La Plaza del Popolo, atrio de la ciudad histórica, nos indica el camino de la Fe y la indulgencia. La plaza del Campidoglio proyectada por el genio de Miguel Angel, es el único espacio renacentista en Roma, diseñado en cada detalle, para mostrarnos el pasado Greco-Romano, pero en una total armonía con la ciudad de los Papas. “
En Roma, a través de las plazas, uno se siente integrado al mundo, parte activa de la cultura milenaria, pero viviendo codo a codo con todos los visitantes del planeta, como parte de un gran universo. En las plazas la gente come, escribe, canta, reposa, participa, habita……y esta es la riqueza de Roma!!!
Habitar la ciudad no significa dormir en ella, significa estar en ella, protegida por ella y participar de ella. En las plazas de Roma, la gente habita y se enriquece, en el espíritu y en la mente.
En Roma, si uno es pobre, no se siente miserable, en Milán, si uno es pobre, ……………que lo cuenten ellos.