El Dios Giano
GIANO BIFRONTE
El Dios Giano era una de las divinidades más antiguas de la religión romana, latina e itálica. Giano podía mirar el futuro e interpretar el pasado. Sus características eran la de tener dos caras y normalmente era colocada en la entrada de toda casa o ciudad. Giano era el principio de toda cosa, no era hijo de algún Dios del Olimpo, porque él estaba por sobre ellos, como Padre de los Dioses. Un “augure” (sacerdote) del mundo romano antiguo, escribía en los libros sobre los Auspicios, que Giano era “aquel que plasma y gobierna cada cosa y unió circundándola con el cielo, la esencia del agua y la tierra pesada y tendiente a descender a los profundo, a aquella del fuego y del aire, ligero y tendiente a subir al alto y que fue la inmane fuerza del cielo a tener unidas las dos fuerzas contrastantes”
Tal fue la importancia del Dios Giano, que en la reforma del calendario romano, llevada a cabo por el segundo rey de Roma, Numa Pompilio, en el VIII siglo a. C, dedicó a Giano, el primer mes sucesivo al solsticio de invierno y que en la reforma llevada a cabo por Giulio Cesar en el 46 a.C pasó a ser el primer mes del año: Gianuarius, January o Enero.
Pero no sólo, en Roma, en el IV siglo, el Emperador Constantino hizo construir un Arco en la ciudad de Roma, que se encontraba en la entrada fluvial del Foro Romano, es decir delante del puerto Tiberino y enfrentando la isla Tiberina.
El catolicismo también incorporó a Giano entre sus divinidades reconocidas, San Agostino, padre y Doctor de la iglesia católica, escribía en el V siglo: “ a Gianus pertenecen ” y competen “todos los inicios” Particular que permanece hasta nuestros días, dado que el primer mes del año, inicio y comienzo de un nuevo ciclo vital y cósmico, se le llama Enero o January.