En el Angelus de este Domingo de Diciembre y a pocos días de la Navidad el Santo Padre dio a conocer su lectura de la teología de la liberación: la misión de los cristianos como liberadores de la esclavitud.
Después de haber encontrado a los niños y durante dicha bendición recordó las palabras de Isaias que Jesús se hizo hombre “para traer el feliz anuncio a los pobres, para vendar las heridas de los corazones quebrados, para proclamar la libertad de los esclavos, la liberación de los prisioneros, y promulgar el año de gracia del Señor”. “estas palabras que Jesus hará suyas en el discurso de la Sinagoga de Nazaret, aclaran – dijo el Papa Francisco – que su misión en el mundo consiste en la liberación del pecado y de la esclavitud personal y social que ello produce. Él vino a la tierra para dar a lod hombres la dignidad y la libertad de los hijos de Dios, que sólo El puede comunicar.” Francisco dijo estas palabras precisamente el el “ Domingo de la Alegría” en la cual la liturgia nos invita a a tomar el espíritu generador de ésta, la alegría”. Debemos, subrayó, “mantenernos siempre en la alegría, aún cuando las cosas no van según nuestros deseos·. “La angustia, las dificultades y el sufrimiento- de hecho- atraviesan por la vida de cada uno y aveces la realidad que nos circunda parece ser hosca y árida, como el desierto en el cual se sentía la voz de Juan Bautista, como recuerda el evangelio de hoy. Pero son las palabras del Bautista que revelan que nuestra alegría se apoya sobre la certidumbre que este desierto está habitado: “en medio de ustedes está uno que ustedes no conocen: se trata de Jesús, el enviado del Padre que viene. “ La alegría, que caracteriza la llegad del Mesías”
El Santo Padre concluye este mensaje diciendo: “alegría, oración, agradecimiento, son tres actitudes que nos preparan a vivir la Navidad en manera auténtica”